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viernes, septiembre 19, 2008

De entre las ruinas, los sismos de 1985






De entre las ruinas, los sismos de 1985

Por Ángel Mendoza Cruz
Publicado: 14:51 17 de septiembre de 2008


De entre las ruinas. (Pedro Valtierra / Cuartoscuro)
En la SCOP los pisos superiores cayeron por aceleraciones gravitacionales y resonancia.
Herido de muerte, el Hotel Continental fue demolido con explosivos controlados. (Obras)
Publicadas el 18 de octubre de 1985, las normas precedieron al reglamento de construcciones.
El reloj detenido a las 7:22. El Hotel Regis y el edificio junto a Salinas y Rocha, destruidos. (Proceso)
Parte del edificio Nuevo León, en Tlatelolco, tuvo fallas en la integridad de su cimentación.
Torre colapsada del Conjunto Pino Suárez. Estructura de acero de 21 niveles.
En 2008, edificios sin reparar como el de Juárez 56 siguen en riesgo latente. (Roberto Hernández)
Lección no aprendida. Foto actual de campamento de damnificados, colonia Roma. (Cuartoscuro)
En 1985 me sentía muy seguro de la ingeniería y las estructuras de la ciudad”. Cinna Lomnitz (Sismólogo Instituto de Geofísica-UNAM)
A media asta en el macro-simulacro de 2005. Práctica en peligro de extinción. (AFP)
Cálculos deficientes condenaron estructuras.
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Los sismos que nos han sacudido

Sintió el sismo en San Ángel —al sur del Distrito Federal— y no dudó que la ciudad resistiría. Así que esa mañana del 19 de septiembre, el renombrado sismólogo Cinna Lomnitz voló en una avioneta hacia el epicentro, las costas de Michoacán, donde suponía el mayor desastre. Mas en unos minutos de vuelo descubrió que no viajaba al horror, sino que los escombros y el fuego estaban en el DF; para entonces la muerte, la confusión y el miedo ya habitaban entre los capitalinos.

En Michoacán se informaba de dos muertos pero no de colapsos mayores. Esa noche, reestablecida la señal televisiva, las imágenes le dieron al investigador emérito de la UNAM otro panorama de la ciudad, escenarios que miraría al día siguiente al volver y hallarla convertida en rompecabezas. Entre recuerdos e impresiones, expresa a Obras: “Fue una sorpresa para muchos ingenieros y sismólogos, porque no se pensaba que un fenómeno así podría causar daños tan graves”.

Fallas no naturales
Sin descartar que algunos colapsos pudieron deberse a la corrupción, Lomnitz explica que las normas eran de lo mejor, pero las construcciones contemporáneas, a diferencia de las antiguas, no pasaron la prueba impuesta por la Tierra. Desde tiempos prehispánicos, explica, cada dos siglos ha habido en promedio dos sismos similares al del 85, por tanto, “el 90% de los expertos considera que el problema fue humano y no de la naturaleza; el movimiento sísmico en sí no tuvo nada de particular”.

De la misma opinión es el ingeniero Óscar de Buen, socio fundador de la firma de ingeniería civil Colinas de Buen, al valorar ese reglamento de construcción para el DF vigente cuando sobrevino el terremoto, que si bien databa de 1976, era reflejo del conocimiento de su tiempo.

Para él, de cada sismo se aprende algo nuevo. En 1957, cuando el ‘temblor del Ángel’, “México era una ciudad chaparra, con pocos edificios de más de siete u ocho pisos, y casi todos tenían gran número de muros divisorios, de tabique, rígidos y resistentes. En 1985 la situación había cambiado considerablemente, y hoy mucho más”.

Realidad y norma
Convencido de que no basta con que los reglamentos sean ‘una maravilla’, hace falta, sobre todo, que se cumplan. “Para eso deben involucrarse las autoridades. Si en la Ciudad de México, después de décadas de discusiones, no se ha encontrado un mecanismo adecuado, ¿qué se espera que suceda en los municipios?”, cuestiona De Buen.

Por su parte, en la ponderación de aquel reglamento, el doctor Arturo Tena Colunga, integrante de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica, va más lejos: descarta que fuera “poco exigente” y en cambio lo califica de vanguardista a nivel mundial: sus disposiciones de diseño eran semejantes a reglamentos como el Uniform Building Code (UBC) de 1985 de Estados Unidos, cuya versión de 1988 también incorporó por primera vez recomendaciones especiales para el diseño de estructuras irregulares, la cuales se introdujeron primero en el Reglamento del DF en 1987.

Reconoce que aún hoy las reglas no siempre se respetan. Desde las Normas de Emergencia —decretadas por el otrora presidente de México Miguel de la Madrid—, se establecieron separaciones más rigurosas en el diseño de estructuras nuevas con sus colindancias. “Sin embargo, he observado edificios nuevos que se han construido sin respetarlas. Ignominiosamente, entre éstos existen algunos edificios públicos como la sede del Instituto Electoral del Distrito Federal, en Avenida Cuauhtémoc”, detalla Tena.

Tan preocupante es que las normas no se cumplan, como que éstas no sean acordes a las regiones del país. Precisa que la Constitución otorga facultades a los municipios para publicar sus propios reglamentos, pero por ignorancia de las autoridades, hay municipios carentes de ellos o que refieren aún a la versión del DF de 1987.

Descarta que por sí mismos los reglamentos actuales eviten daños y colapsos en la ciudad durante un futuro sismo, porque no consideran la enorme cantidad de estructuras de autoconstrucción hechas antes y después de 1985 ni garantizan el buen desempeño de edificios construidos previamente y que no han sido revisados o rehabilitados, o sufrieron pésimo mantenimiento. “El inventario de construcciones de estos dos grupos excede por mucho al que se ha construido ya con los reglamentos modernos”.

Lecciones aprendidas
El doctor Tena rememora también que en ese año no se disponía de un Sistema Nacional de Protección Civil. Además hoy se cuenta con una secretaría en el gobierno capitalino con tal responsabilidad, y existen el Sistema de Alerta Sísmica, así como el Centro Nacional de Prevención de Desastres. Sin embargo, lamenta que no siempre se nombra a las personas más capacitadas, “sino que se vuelven sólo cargos políticos”.

Las enseñanzas para la ingeniería sísmica mundial han sido significativas, dice, pero se olvidan o no se transmiten adecuadamente a los nuevos ingenieros del país. Ahora se sabe acerca de la elevada interacción suelo-estructura en edificios de la zona de lago, y que las amplificaciones de las ondas y su duración son más intensas en el Valle de México. Otra gran enseñanza es acerca del choque entre estructuras vecinas debido a la nula o escasa separación entre éstas.

Asimismo, se conoce la vulnerabilidad de las estructuras irregulares, estéticamente vistosas, pero sísmicamente problemáticas y que es todo un reto diseñarlas para garantizar una respuesta sísmica satisfactoria. Tena recuerda algunas condiciones de irregularidad que resultaron vulnerables: la torsión, sobre todo en edificios de esquina, que representaron cerca de 41% de los colapsos en 1985; algunas estructuras esbeltas, por la desproporción entre su gran altura y su planta reducida, así como estructuras con plantas demasiado rectangulares y otras con piso débil: planta baja abierta para estacionamientos o escaparates y plantas superiores con muchos muros.

Aquella catástrofe determinó revisar la reglamentación, lamenta, pero algo se ha aprendido: mientras que en EU se analiza la normatividad cada tres años, en el DF ocurre en promedio casi cada década, aunque se retrasa por cuestiones políticas. “Por ejemplo, la revisión del actual reglamento se tenía lista en junio de 2000, pero se publicó hasta 2004”.

Consciente de que puede ocurrir un sismo igual o mayor al de 1985, el ingeniero De Buen igualmente aprecia avances: se trabaja con aceros y concretos de resistencias más elevadas y se obtienen estructuras más ligeras, pero hay dudas acerca de cómo responderán los nuevos materiales.

Además de que ha cambiado cómo se construye y con qué, también las investigaciones en el campo de las ciencias de la Tierra han aportado nuevos conocimientos. Según Cinna Lomnitz, los terremotos de hace 23 años (el del día 20 marcó entre 7.3 y 7.9 grados Richter) detonaron investigaciones en otras partes del mundo, pues fueron una señal de alarma. “Somos vulnerables y necesitamos más investigación. Los japoneses dicen que el próximo sismo llega cuando el anterior ya está olvidado. Es muy peligroso que olvidemos ya 1985”.

El lago de los palacios
La extracción de agua del subsuelo es uno de los motivos del hundimiento de la ciudad. Conocedor del tema, Óscar de Buen es partidario de la descentralización para no saturar más la capital.

A su vez, Tena Colunga coincide en desmotivar el crecimiento de la mancha urbana, sobre todo en aquellas zonas ocupadas hace cientos de años por agua. En cuanto a erigir más edificios altos, recuerda que en “1985 tuvimos más colapsos en edificios cuyas alturas oscilaron entre seis y doce pisos. Edificios altos como la Torre Latinoamericana, la Torre de Pemex y el Edificio de Mexicana tuvieron un desempeño sobresaliente”.

“Actualmente —reitera— contamos con avances en materia de ingeniería sísmica que nos pueden permitir construcciones seguras en suelos poco competentes, siempre y cuando los que las diseñan tengan conocimientos actualizados y sólidos de la dinámica de estructuras y que quienes las construyan lo hagan con profesionalismo”.

Lomnitz asegura que en caso de sismo se refugiaría en el edificio más alto de la urbe, la Torre Mayor (ver Obras 361, enero 2003), pues lo considera el más seguro. “Hoy se construye lo mejor que se sabe, pero lo que se ignora es cómo reaccionará cada edificación ante un temblor, que es realmente el encargado de hacer la prueba”.

Carencias
En lo referente a protección civil, Roberto Hernández Alarcón, integrante de la Brigada de Rescate Topos México, precisa que el mayor reto “es que no hemos sabido motivar a la población para que haga trabajos de prevención y atención de los desastres”.
Comparativamente, el rescatista nota que las fortalezas actuales del DF van unidas a sus debilidades, porque “existe mucha gente que trabaja en Protección Civil, pero sus dirigentes no tienen idea de lo que hay que hacer”.

Partícipe en simulacros sísmicos de Japón, el doctor Lomnitz duda que una mayor práctica de éstos solucione el problema del DF, ya que al momento del sismo lo ensayado no funciona como en el plan, debido al carácter sorpresivo del fenómeno.

Por su parte, una insuficiencia que halla Arturo Tena es la instrumentación sísmica, que carece de financiamiento apropiado; además hay nuevas zonas de las que se ignora su comportamiento en un sismo: “Ahora existen numerosas construcciones en sitios donde antes no había nada, particularmente en la zona Sur-Oriente del Valle, tanto en Tlalpan, Xochimilco, Tláhuac, Iztapalapa y Milpa Alta, como en los municipios aledaños del Estado de México”.

La posibilidad de diseñar un edificio que no sufra daño alguno durante un sismo de gran magnitud conlleva una mayor inversión, remarca.

Esta alternativa se discute a nivel internacional con miras a incorporarla en un reglamento para que así, la sociedad en su conjunto se involucre, y que dueños, inversionistas y constructores sean corresponsables ante la eventual adversidad.

Vendrán más sismos, eso es seguro. No obstante el tema más importante será aprender de la tragedia y aspirar a que no haya más siniestros que lamentar por lo que se hizo mal o, lo que es más grave, por lo que no se hizo.

"Terremoto en México", el documental


"Terremoto en México", el documental
Por The History Channel
Jorge Almazán R.

Era una mañana como cualquiera otra. Los jóvenes de secundaria, preparatoria y universidad ya se encontraban en su lugar de estudios. Algunos de sus padres ya estaban en sus centros de trabajo, otros iban en camino. Las amas de casa preparaban a sus hijos de primaria cuando un movimiento de la tierra cambió la vida de los mexicanos.

Quienes veían televisión observaban el programa "Hoy mismo", de Guillermo Ochoa, cuando Lourdes Guerrero y Juan Dosal pedían calma.

El jueves 19 de septiembre de 1985, a las 7:19 horas, una combinación de temblor oscilatorio y trepidatorio que duró dos minutos y medio con una intensidad de 8.1 grados en la escala de Richter alcanzó su nivel de terremoto, con lo que decenas de edificios, conjuntos habitacionales, vecindades y casas se vinieron abajo causando cientos de muertes y gran cantidad de damnificados.

Los primeros informes decían que este fue más intenso que el del 28 de julio de 1957, el mismo que tiró el monumento a la Independencia. De hecho, las agencias internacionales de noticias aseguraban que "¡El Distrito Federal desapareció!", incluso se señalaba "¡Miles de muertos!"

Jacobo Zabludovsky dejó el estudio de televisión y se fue a las calles para relatar los hechos. Su antigua casa, Televisa, también cayó. Al saber la magnitud que alcanzó el movimiento telúrico Plácido Domingo acudió a Tlatelolco para ayudar a retirar los escombros, pues en el edificio Chihuahua vivían familiares y amigos. Miguel de la Madrid, entonces presidente de México, no daba crédito a lo que veía.

A 23 años de esta tragedia, The History Channel proyectará la crónica de este desastre que marcó el futuro de un país: "Terremoto en México".

Hoy, a las 21:00 horas, esta producción original de la señal televisiva mostrará a las dos generaciones que no les tocó vivir ese momento trágico cómo los mexicanos apoyaron a las víctimas, sin olvidar las imágenes de aquellas construcciones que colapsaron en tan sólo 90 segundos.

Para esto se contará con entrevistas a Jacobo Zabludovsky, Manuel Camacho Solís (que en ese sexenio era el secretario de Desarrollo Urbano), Rafael López y Fernando Álvarez (brigadistas de Rescate Topos Tlatelolco) y Cuauhtémoc Abarca (líder de la Coordinadora Única de Damnificados) entre otros.

"Terremoto en México" es una coproducción de The History Channel y Anima Films bajo la producción ejecutiva de Miguel Brailovsky.

19 SEPTIEMBRE 1985





Pasaron 23 años y nos fuimos de Avenida Juárez a Santa Fe
19-09-2008



Pasaron 23 años desde que un terremoto y su fuerte réplica un día después devastaron amplias zonas de la ciudad. Por falta de visión, crisis económicas y errores de planeación, varios de los puntos más afectados están lejos de recuperar su añejo esplendor. El corredor de la avenida Juárez, emblemático barrio de la capital, es un reflejo de lo que ha ocurrido en este tiempo José González Méndez

Nunca una zona de la ciudad fue tan largamente planeada y nunca fracasó tantas veces como la parte sur de la Alameda central. En ese polígono de 64 manzanas, delimitado por las avenidas Juárez, Eje Central, Arcos de Belén, Chapultepec y Balderas, los sucesores priístas del regente Ramón Aguirre (1982-88) soñaron con asentar un Wall Street de huarache" o un "Manhatta mexica".

Entre 1985 ­año del terremoto que devastó partes de la capital, en el centro y cerca de la Alameda­ y 2001 se pusieron en marcha al menos 10 estrategias para impulsar la reconstrucción, el desarrollo y el empleo en esa área. Por ese polígono pasaron el Fondo Nacional de Reconstrucción, el Programa de Renovación Habitacional Popular (1985), el Fideicomiso Alameda (1991), el Proyecto Alameda (1993), el Plan Maestro Alameda (1996) y los sueños del regente Manuel Camacho Solís de asentar allí el gran centro financiero del país, pero la mayoría fracasó.

La empresa inmobiliaria Reichmann International, que en 1993 planea construir en 13 manzanas ­seis con fachada a la Avenida Juárez­ tres torres para oficinas de "alto nivel financiero", comercios, departamentos y oficinas no ha tenido éxito.

La estrategia de Reichmann Internacional era reunir inversiones por mil millones de dólares, pero la oposición de los vecinos y de instituciones públicas a modificar el patrimonio histórico de la zona, dieron al traste con el proyecto.

Consuelo Córdova, profesora e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explica que la decisión del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas de integrar una "cartera de proyectos" específicos en una norma oficial, como el Programa de Desarrollo Urbano Centro Alameda, fue determinante para que en 2002, más de 15 años después del sismo, se concretara el primer proyecto en el lado sur de la Alameda: el actual hotel Sheraton de la avenida Juárez.

El hotel Sheraton tuvo un costo 90 millones de dólares, 70 millones invertidos por la empresa Interpress y el resto financiado con un crédito de Bancomext. A esta inversión siguieron la nueva sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el Tribunal Superior de Justicia del DF, el Archivo General de Notarías, la Plaza Juárez y la Puerta Alameda.

Alfredo Gutiérrez Kichner, director del Fideicomiso Alameda entre1998 y 2001, asegura que el monto invertido en esos inmuebles es exactamente el mismo que comprometió Reichmann en 1996, una vez que redujo su proyecto de 13 a tres manzanas y su inversión pasó de mil a 500 millones de dólares.

"Lo que se invirtió en la avenida Juárez ronda 500 millones: el Sheraton costó 90 millones, el Grupo Dhanos invirtió 50 millones en vivienda en las calles de Revillagigedo y Artículo 123, la Puerta Alameda costó 50 millones y la Plaza Juárez otros 300 millones", asegura.

Recuerda que Reichmann aceptó el compromiso de organizar la inversión, debido a un "incentivo" de Camacho Solís y el gobierno federal que habrían de adquirir 40 por ciento del producto final. "Sin embargo, el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas determinó que era imposible financiar esa inversión, pues en 1997 se le retiró al Gobierno del DF la posibilidad de contratar deuda en moneda extranjera, aunque incluso para el gobierno federal resultaba inviable", señala.

"La opción fue sustituir la compra de ese 40 por ciento de la obra terminada por incentivos fiscales (como el predial) y bursatilizar el uso del suelo, pero Reichmann no quiso seguir (su negocio se cayó), porque tenía amarradas ventas de oficinas con la SRE, Hacienda y el GDF, por lo que el costo de su inversión estaba garantizada."

El proyecto original de hacer oficinas en esa zona se dio, pero de otro modo; pues la inversión fue encabezada por el GDF cuando estaba al frente Andrés Manuel López Obrador quien recuperó en 2003 los predios que Reichmann había comprado en esas tres manzanas, por los cuales pagó 80 millones de dólares, y luego pactó la creación del Proyecto Alameda.

Gutiérrez Kirchner asegura que estas inversiones han revaluado el suelo en la zona, pues cuando comenzó esta etapa del desarrollo el metro cuadrado costaba 500 dólares y hoy seguramente ronda 10 mil dólares". La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del GDF asegura que en este periodo el precio de los inmuebles se incrementó mil por ciento.

Para Oscar Terrazas, doctor en urbanismo e investigador de la UAM, la oposición de los vecinos al desarrollo parcial del polígono Alameda, la intensa actividad política de la zona (paso de marchas y mítines) y la tardanza en la concreción de proyectos tras el sismo generó la migración de diversas compañías a la zona de Santa Fe.

Planteado como un centro internacional de negocios, Santa Fe se desarrolló en un área de mil hectáreas de basureros en las delegaciones Alvaro Obregón y Cuajimalpa, en contraste con las 93 del "Manhattan de huarache", y se construyeron ahí un millón de metros cuadrados de oficinas que dan cabida a empresas, instituciones educativas y vivienda para sectores de ingresos altos. El proyecto fue solventado por grupos financieros y el GDF.

La investigadora Consuelo Córdoba está convencida de que el alto valor de suelo en la Alameda seguirá siendo un "obstáculo" para futuras inversiones, mientras Terrazas asegura que un nuevo proyecto como Santa Fe no se verá nunca más en la ciudad, debido a que en ésta y otras zonas (Interlomas, Polanco, Perisur) existe una sobreoferta de oficinas, entre 10 y 30 por ciento.

"Y se siguen construyendo más espacios de oficinas en la ciudad", dice.

Hoy 19 de septiembre se cumplen 23 años de la incuantificable tragedia ¿Más de 40 mil muertos en el sismo de 1985?Hoy 19 de septiembre se cumplen 23 a


Hoy 19 de septiembre se cumplen 23 años de la incuantificable tragedia
¿Más de 40 mil muertos en el sismo de 1985?

* Respuesta de la naciente e irritada sociedad civil
* Pasaron 23 años y nos fuimos de Avenida Juárez a Santa Fe

19-09-2008



El terremoto del jueves 19 de septiembre de 1985, ha sido el más significativo y mortífero de México. A las 7:19 a.m. tuvo una magnitud de 8.1 grados en la escala de Richter, duró poco más de dos minutos. El gobierno federal dijo que el saldo de víctimas fue de “entre 6 y 7 mil personas”. Pero aun sin conocerse la cifra real, desde ese entonces periódicos y reporteros no oficialistas estimaron en más de 40 mil los muertos por el sismo, cifra que coincide con la estimada por los especialistas.

El Distrito Federal, la capital del país, fue la que resultó más afectada. Cabe remarcar que la réplica del viernes 20 de septiembre de 1985 tuvo gran repercusión para la Ciudad de México. Una de las diversas apreciaciones en cuanto a la energía que se liberó en dicho movimiento fue su equivalente a 1,114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una.

El epicentro se localizó en el Océano Pacífico, frente a las costas del estado de Michoacán, muy cerca del puerto de Lázaro Cárdenas. Un informe del Instituto de Geofísica en colaboración con el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México publicado el 25 de septiembre de 1985, detalla más aún que el epicentro fue localizado frente a la desembocadura del Río Balsas localizada entre los límites del estado de Michoacán y Guerrero a las 7:17:48 a.m. alcanzando la Ciudad de México a las 07:19 a.m. con una magnitud de 8.1 grados según la escala de Richter. Fue de un sismo combinado de movimiento trepidatorio y oscilatorio a la vez. La ruptura o falla que produjo el sismo se localizo en la llamada Brecha de Michoacán, conocida así por su notable, hasta ese momento, carencia de actividad sísmica.

Nunca se ha sabido un número exacto de víctimas debido a la censura impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid. La ayuda internacional fue rechazada en un inicio por el presidente Miguel de la Madrid, pero, al ver sobrepasada las capacidades del gobierno, éste decidió aceptarla. Años después se hicieron las siguientes apreciaciones al respecto:

El gobierno reportó el fallecimiento de entre 6 y 7 mil personas e incluso llegó a suponer que la suma final fue de 10 mil. Sin embargo, años después con la apertura de información de varias fuentes el registro aproximado se calculó en 35 mil muertos aunque hay fuentes que aseguran que la cifra rebasó los 40 mil muertos. El estadio de béisbol del Seguro Social se usó para acomodar y reconocer cadáveres. Se utilizaba hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.

Las personas rescatadas con vida de los escombros fueron aproximadamente más de 4 mil. Hubo gente que fue rescatada viva entre los derrumbes hasta diez días después de ocurrido el primer sismo.

El número de estructuras destruidas en su totalidad aproximadamente fue de 30 mil y aquellas con daños parciales 68 mil.

La Torre Latinoamericana fue un caso excepcional de ingeniería pues este terremoto no le causó daño alguno.

Entre los edificios más emblemáticos derrumbados o parcialmente destruidos durante el terremoto fueron:

El edificio "Nuevo León" del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco

Los edificios A1, B2 y C3 del Multifamiliar Juárez

Televicentro (actualmente Televisa Chapultepec)

Los Televiteatros (actualmente Centro Cultural Telmex)

Una de las Torres del Conjunto Pino Suárez de más de 20 pisos que albergaba oficinas del Gobierno

Los lujosos Hoteles Regis, D´Carlo y del Prado ubicados en la zona de la Alameda Central

Varias fábricas de costura en San Antonio Abad (en la cual murieron muchas costureras)

Así mismo se cuentan hospitales como el Hospital Juárez, Hospital General y Centro Médico Nacional donde se llegó a rescatar a poco más de 2.000 personas a pesar de que en el derrumbe quedaron atrapados tanto el personal como los pacientes que se encontraban en ellos.

Es remarcable el hecho de que en los hospitales que se derrumbaron, una parte de los recién nacidos algunos de ellos en incubadora, se lograron rescatar. En especial tres recién nacidos (dos niñas y un niño) que fueron rescatados de los escombros del Hospital Juárez siete días después del terremoto. A esos bebes se les llegó a conocer como "Los Niños/Bebes del Milagro", o "El Milagro del Hospital Juárez"; el motivo este sobrenombre fue que en los siete días que estuvieron bajo los escombros, los bebes estuvieron completamente solos, no hubo nadie que les diera de comer o beber, nadie que los cubriera y les diera calor, y a pesar de tener todo en contra, los tres salieron vivos. Se recuerda que al momento de sacar al primer bebe (una niña), todos los rescatistas y trabajadores pararon e incluso apagaron toda la maquinaria a la espera del llanto del bebe, que vino unos instantes después, corroborando que se encontraba con vida.

Como consecuencia, 12 de los edificios multifamiliares del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco y 9 del Multifamiliar Juárez tuvieron que demolerse, en los 6 meses siguientes, se demolieron más de 152 edificios en toda la ciudad. Se recogieron 2 millones 388 mil 144 m³ de escombros; tan sólo para despejar 103 vías consideradas prioritarias se retiraron un millón 500 mil t de escombros (110 mil 600 viajes de camiones de volteo).

Más de un millón usuarios del servicio eléctrico quedaron sin servicio y a los tres días del suceso, solo se había restablecido el 38% de este. Entre los daños a este servicio se cuentan 1,300 transformadores, 5 líneas de transmisión, 8 subestaciones y 600 postes de luz.

El Sistema de Transporte Colectivo Metro quedó afectado en 32 estaciones. La mayoría reanudó el servicio en los días subsecuentes de ese mes, sin embargo la estación Isabel la Católica no lo hizo hasta el 4 de noviembre.

El servicio de autobuses de la antigua "Ruta 100" operó gratuitamente en el tiempo de recuperación de la ciudad.

El servicio de telefonía pública de la entonces empresa estatal Telmex fue gratuito hasta su privatización en los años 90's.

Las alertas de sanidad se dispararon, siendo una de las más trascendentes la de que había pruebas de la existencia de sangre (proveniente de las víctimas del sismo) en el agua potable de toda la red de la ciudad.

Hubo escasez de agua reportando averías en el Acueducto Sur Oriente con 28 fracturas, la red primaria con 167 fugas y la red secundaria con 7 mil 229 fugas. Drenaje afectado: Río La Piedad, 6 mil 500 metros afectados; en menor grado, el Río Churubusco. Filtraciones de la lumbrera 9 a la 14 del Emisor Central y en 300 metros del Interceptor Centro-Poniente.

Más de 516 mil m² de la carpeta asfáltica de las calles resultaron afectados por fracturas, grietas y hundimientos (equivalentes a más de 80 kilómetros de una carretera de un carril). Los rieles del antiguo tranvía en la colonia Roma, se salieron del asfalto. También quedaron destruidos o afectados más de 85 mil m² de banquetas (algo así como 12 canchas del tamaño del Estadio Azteca), más sus respectivas guarniciones (37 mil 744 m).

Era imposible la comunicación exterior vía teléfono pues fue seriamente dañada su estructura. No fue sino hasta marzo de 1986 que se restableció en su totalidad el servicio de larga distancia nacional e internacional. Debido a esto, el número de telegramas y telex sumo 685 mil 466, mientras que los comunicados por radio y televisión fueron más de 39 mil.[5]

El número de empleos perdidos por los sismos se estima entre 150 y 200 mil.

Se crea la agrupación civil "Brigada de Rescate Topos Tlatelolco", grupo de rescate que ha auxiliado a la población incluso a nivel internacional llegando en la actualidad a participar en las labores de rescate del Terremoto del Océano Índico de 2004, fenómeno que generó una ola gigante conocida como tsunami.

En la ciudad de Lázaro Cárdenas, por ser el punto más cercano al epicentro del sismo, se registraron daños de medianos a graves en un 80 % de las viviendas. El Hospital General de la ciudad, así como hoteles y edificios públicos también resultaron con graves daños. Por los efectos en la zona, el sismo fue clasificado con los grados VIII-IX (destructivo-ruinoso) en la escala de Mercalli.

En Playa Azul, hubo numerosas muertes, se registró el derrumbe parcial del antiguo hotel Playa Azul. Se reportó la formación de un maremoto que inundó la planta baja de algunos hoteles situados sobre la playa. Por los daños registrados, el sismo fue clasificado con el grado IX (ruinoso) en la escala de Mercalli.

Otras localidades de ubicadas en la sierra de Michoacán desde Coalcomán hasta Coahuayana, registraron daños menores sin derrumbes. Los grados con los que fueron catalogadas éstas zonas fueron menores que VIII en la escala de Mercalli.

En Ixtapa-Zihuatanejo, el sismo fue catalogado con grado VII (muy fuerte) en la escala de Mercalli. Se registró la muerte de una persona y se formó un maremoto con olas que alcanzaron los cuatro metros en las playas de dicha ciudad. Algunas viviendas y hoteles sufrieron daños menores.

En Acapulco, el sismo fue clasificado con el grado IV (moderado) en la escala de Mercalli. El movimiento telúrico no dejó daños ni víctimas en dicha ciudad.

En Ciudad Guzmán, la cifra de víctimas fue cercana a los 50 muertos y se registró la destrucción de una gran cantidad de viviendas y edificios públicos. Por los daños y víctimas registradas, el sismo en ésta ciudad fue clasificado con grado VIII (destructivo) en la escala de Mercalli.

En Manzanillo, el sismo fue catalogado con grado VI (moderado) en la escala de Mercalli, pero no dejó daños ni víctimas.

Se presentaron varias réplicas del fenómeno, siendo la más significativa la del día siguiente (20 de septiembre de 1985) a las 07:38 pm con una magnitud de 7.9 grados en la escala de Richter, causando daños materiales sobre construcciones dañadas previamente por efecto del primer sismo. Cabe destacar que esta réplica fue la que causó el mayor daño estructural al sacudir construcciones endebles.

Algunos edificios que no se colapsaron en su totalidad se demolieron definitivamente. Todos los edificios colapsados presentaban estructuras inadecuadas para terrenos arcillosos, principalmente a causa de la corrupción y la mala planeación, pues la mayoría de los edificios colapsados eran de reciente construcción, la negligencia del gobierno fue el principal culpable del enorme número de muertos, mientras que estructuras muy antiguas y adecuadas al tipo del terreno arcilloso soportaron el sismo, tales como la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y el Palacio Nacional (que datan de la época colonial), los cuales soportaron el terremoto por tener gruesas paredes de piedra y ladrillo. A pesar de que los peritajes mostraron que la mayoría de los edificios caídos tenían especificaciones inferiores a las exigidas en los contratos, nadie fue declarado culpable. Particularmente grave fue el caso de la constructora estatal encargada de la construcción de escuelas, cuyos directivos quedaron impunes, pese al número elevado de escuelas primarias destruidas y escolares que resultaron muertos.

RECORDANDO 19 SEPTIEMBRE DE 1985



La Ciudad de México nunca olvidará el terremoto de 1985
FotoMéxico,DF.- Apenas sonaban las alarmas de los despertadores en muchas casas, en otras la gente estaba ya lista para salir a trabajar o llevar a los niños a la escuela, era un jueves normal para la mayoría de los capitalinos, al menos eso parecía.

Eran las 07:19 de aquel 19 de septiembre de 1985, el ciclo escolar apenas iniciaba y el país estaba justo a la mitad de uno de sus sexenios más controversiales, el de Miguel de la Madrid Hurtado.

Las cosas parecían del todo normales, otra agitada jornada empezaba pero de repente la tierra comenzaría a descargar su fuerza en una de las ciudades más emblemáticas de América Latina. El terremoto de 8.

1 grados en la escala de Richter que sacudió a México Capital fue el más catastrófico que hasta la fecha ha padecido el país. Nunca antes tantos muertos y tantos heridos habían sido causados por un movimiento telúrico. Pero tampoco nunca antes el espíritu mexicano y su sentimiento de solidaridad habían sido puestos a prueba de tal forma.

El terremoto de 1985 cambio la historia y la forma de ver las catástrofes naturales a un país entero. Tan sólo dos minutos bastaron para que cientos de edificios cayeran y miles de personas murieran bajo los escombros, otras más quedarían atrapadas y de ellas muchas no serían encontradas nunca, las cifras eran aterrorizantes y crecían día con día.

La réplica que ocurrió un día después la tarde-noche del 20 de septiembre catapultó el miedo de la gente. México sería declarado en estado de emergencia y las brigadas de ayuda internacional comenzarían a llegar casi de manera inmediata.

Pero fue entonces cuando el principal recurso salió adelante. El apoyo de la misma gente para sus conciudadanos en desgracia sería la más grande fuerza de rescate, ayuda y sobre todo el motor que haría a la capital mexicana salir adelante.

Piedra a piedra cientos de carretillas se llenarían para ir buscando metro a metro los restos de las personas muertas o a todos aquéllos milagrosos sobrevivientes de la catástrofe telúrica más grave en la historia.

Y así pasaron semanas completas de tensión en las cuales todos los días se conocían casos nuevos de niños rescatados, familias enteras que habían sobrevivido bajo tierra, recién nacidos sobreviviendo entre los escombros de un hospital y muchos más que alimentaban la esperanza de todo un país y que daban fuerza a las miles de manos que levantaban los muros caídos.

La ayuda internacional no se hizo esperar y figuras de la talla de Plácido Domingo ofrecieron su apoyo de varias formas ya fuera donando dinero para la causa o ayudando con las labores de rescate diario. La nación mexicana recibía el apoyo de cientos de países.

Fueron días muy difíciles y muchas las personas involucradas, cientos de miles los muertos y al final un ciudad que unía a todo un país. México aprendería muchas cosas a partir de ese momento pero sobre todo, nunca más olvidaría la terrible mañana de aquel 19 de septiembre de 1985.

jueves, septiembre 11, 2008

Nueva York guarda un minuto de silencio en memoria de las víctimas del 11-S


1 hora, 58 minutos
Nueva York, 11 sep (EFE).- La ciudad de Nueva York guardó hoy un minuto de silencio en tributo a las víctimas de los atentados contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, para iniciar así la conmemoración del séptimo aniversario del ataque en el que murieron casi 3.000 personas y que se extenderá por todo Estados Unidos.





"Un día como hoy hace siete años nuestro mundo quedó roto por una tragedia que nos unió para siempre en una memoria común y una historia común", dijo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, antes de pedir a los asistentes que se unieran al homenaje en recuerdo de las víctimas.

Los familiares y autoridades que participan en la solemne ceremonia inicial en las inmediaciones de la "zona cero" guardaron un minuto de silencio a las 08.46 hora local (12.46 GMT), el momento exacto en que el primer avión secuestrado se estrelló en la torre situada más al norte de Manhattan.

En Washington y a la misma hora, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y su vicepresidente, Dick Cheney, acompañados de sus respectivas esposas completamente de negro, observaron también el minuto de silencio en los jardines de la Casa Blanca.

En el acto conmemorativo de la Casa Blanca, que precede a la ceremonia solemne en el Pentágono, donde hoy se inaugura el primer "Memorial" en recuerdo a las víctimas del 11-S, Bush y Cheney estuvieron acompañados por un centenar de familiares y amigos de las víctimas de los atentados terroristas de hace siete años.

Los actos conmemorativos de hoy, que se prolongarán durante gran parte del día y por múltiples puntos de EEUU, contarán en Nueva York con la presencia de los candidatos a la presidencia, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama, que acudirán a la "zona cero" para honrar a las víctimas.

Tras el primer minuto de silencio, las iglesias y otros centros de culto neoyorquinos hicieron sonar sus campanas al unísono poco antes de que comenzara la lectura de los nombres de las 2.751 personas que perecieron en los ataques terroristas del complejo del World Trade Center (WTC).

En este aniversario, esa tarea corresponde a familiares de los fallecidos y a estudiantes que representan a los 91 países que también perdieron ciudadanos en aquella tragedia.

Al igual que el pasado año, este acto se celebra en el parque Zucotti, en las proximidades del solar donde se edifica el nuevo WTC.

También en esta ocasión los familiares podrán descender después hasta el lugar que ocupaban las Torres Gemelas y que en el futuro será un parque en memoria de las víctimas.

La lectura de la relación de víctimas se interrumpió también a las 09.03 hora local (13.03 GMT), en coincidencia con el momento en que el segundo avión secuestrado se estrelló en la Torre Sur.

La lectura se volverá a detener a las 09.59 hora local (13.59 GMT) y a las 10.29 (14.29 GMT), que marcan los momentos en que se derrumbaron cada una de las Torres Gemelas.

En la ceremonia participa, además una guardia de honor compuesta por miembros del Departamento de Bomberos y de la Policía de Nueva York, personal del cuerpo policial de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, propietaria del complejo del WTC.

A la solemne y a la vez sencilla conmemoración inicial que se desarrolla en un día frío y nublado asisten, además del alcalde, el gobernador de Nueva York, David Paterson, y otras personalidades, así como cientos de personas.

Concluido este acto, el protagonismo lo acapararán Obama y McCain, ya que está previsto que, por primera vez desde que fueron designados candidatos presidenciales por sus respectivos partidos, dejen a un lado la campaña y, protegidos por férreas medidas de seguridad, guarden juntos también un tributo silencioso en memoria de las víctimas.

EEUU recuerda el 7º aniversario de los ataques del 11-S

EEUU recuerda el 7º aniversario de los ataques del 11-Septiembre-2001


jueves 11 de septiembre, 07:08 AM

NUEVA YORK (AP) - Estados Unidos conmemoraba el jueves el séptimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre con un día solemne de rituales en recuerdo de las víctimas, a los que este año se suma el reflector de la campaña presidencial y un nuevo monumento conmemorativo en el Pentágono.


En Nueva York, se planearon cuatro momentos de silencio el jueves por la mañana para conmemorar los momentos precisos en que dos aviones comerciales secuestrados chocaron contra las torres gemelas del Centro de Comercio Mundial, así como en los momentos en que cada torre se derrumbó. También se realizarán servicios conmemorativos en un campo del occidente de Pensilvania y en el Pentágono, en las afueras de Washington, donde chocaron otros dos aviones secuestrados por los terroristas.

Los candidatos presidenciales John McCain y Barack Obama tienen previsto participar en las ceremonias en el sitio donde se alzaban las torres gemelas la tarde del jueves y después asistir a un foro de la ciudad sobre servicios públicos.

Familiares y estudiantes que representan a más de 90 países cuyos ciudadanos murieron el 11 de septiembre de 2001, leerán los nombres de más de 2.700 personas que murieron en Nueva York.

El ex alcalde Rudy Giuliani tiene programado hablar en la ceremonia, como lo ha hecho todos los años, junto con autoridades que incluyen al alcalde Michael Bloomberg y al secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff.

El presidente George W. Bush y la primera dama Laura Bush recordarán el aniversario durante un momento de silencio en el jardín sur de la Casa Blanca. El presidente se dirigirá entonces al Pentágono, donde inaugurará un monumento conmemorativo.

En Pensilvania, doblarán las campanas y se leerán los nombres de las víctimas en un campo en Shanksville donde el vuelo 93 se estrelló luego de que supuestamente un grupo de pasajeros penetró en la cabina de pilotos para frustrar los planes de los terroristas de usar ese avión como arma, como ocurrió momentos con los otros tres.

Noticias y comentarios relacionados con el 11 Septiembre 2001



Memorial 11 septiembre en Pentágono revive dolorosos recuerdos
miércoles 10 de septiembre, 12:00 PM
Por Andrew Gray


WASHINGTON (Reuters) - En la mañana del 11 de septiembre del 2001, Patrick Smith caminaba hacia un televisor en una oficina del Pentágono, para mirar las noticias sobre los ataques en contra del World Trade Center de Nueva York, cuando escuchó una fuerte explosión.

"La pared en frente mío se torció hacia adentro," recuerda.

"Las losas del techo y los cables comenzaron a caerse, luego todo se puso negro y después (...) una bola de fuego gigante entró por la pared," dice.

Imágenes como esas cruzarán el pensamiento de varios de los sobrevivientes el jueves, cuando el primer memorial permanente en Estados Unidos en conmemoración de los ataques del 11 de septiembre se dedique a las 184 personas que murieron en el Pentágono y en el vuelo 77 de American Airlines, que se estrelló contra el edificio.

La ceremonia en la sede del Departamento de Defensa estadounidense, a la que asistirá el presidente George W. Bush, se realizará exactamente siete años después de que militantes de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales y mataron a casi 3.000 personas.

Smith, un civil que trabaja para el Ejército, estará entre la audiencia. Sabe que es afortunado de tener esa posibilidad.

"Podía escuchar y sentir cómo los pelos de la cabeza y los brazos comenzaban a chamuscarse por el intenso calor de la llama," dijo.

"Si hubiera caminado seis pies más (casi dos metros), probablemente no estaría aquí sentado hoy," afirmó.

Smith vio a una colega entre las llamas que no pudo salir y no logró ayudarla. Un compañero de trabajo salió corriendo del fuego, con su ropa incendiada.

Smith se tiró al piso y salió gateando de aquel infierno. Tomó la mano de una colega herida y juntos encontraron una forma de salir seguros.

"Ella tenía quemaduras de segundo grado y la piel se le estaba empezando a caer de la cara," dijo.

Los recuerdos se han vuelto menos intensos con el paso del tiempo, pero nunca desaparecerán por completo, señaló.

Smith cree que el memorial en el Pentágono, un parque diseñado por Julie Beckman y Keith Kaseman, con arces y unidades en conmemoración de cada víctima, es un tributo adecuado para aquellos que murieron.

"Hicieron un gran trabajo," dijo Smith, quien se desempeñaba en el departamento de personal del Ejército en el momento del ataque.

martes, septiembre 09, 2008

Nueva York: Construirán Centro de Recordación y Museo Nacional en Zona Cero


Centro de Recuerdo del 11 de septiembre
Siete años después inició construcción


Getty Images
En la Zona Cero comenzó la construcción del museo y centro de recuerdo del 11 de septiembre.
Univision Online y Agencias

3 de Septiembre de 2008



NUEVA YORK - A siete años de los lamentables atentados terroristas y numerosos retrasos en los proyectos de reconstrucción de la Zona Cero, 8 mil toneladas de acero llegaron al Centro Financiero Mundial en donde comenzó la construcción del Museo Nacional y Centro de Recordación para las miles de víctimas que perdieron sus vidas el 11 de septiembre de 2001.

Avances en construcción

El próximo jueves se cumplirán 7 años desde el peor ataque terrorista en la historia de los Estados Unidos en donde 3,052 víctimas perdieron la vida, más de la mitad en el centro financiero.

Personas alrededor del mundo recuerdan la tragedia que les cambió la vida, especialmente en las grandes urbes donde muchos aún no se recuperan de la inseguridad y el temor.

Mientras tanto en Nueva York el proyecto de reconstrucción de los 35 mil metros en la denominada Zona Cero sigue avanzando.

La obra multimillonaria incluye como pieza central un rascacielos de 541 metros nombrada la “Torre de la Libertad” diseñada por el arquitecto David Chields, y estará rodeada por otras cuatro torres.

También se espera contar con el Museo Nacional y Centro de Recordación del 11 de septiembre y una estación de metro subterránea con trenes y autobuses diseñada por el español Santiago Calatrava en honor a las más de 3 mil personas que perdieron la vida ese día.

El 2 de septiembre constructores levantaron la primera pieza de acero de 24 pies 9 pulgadas con un peso de 7,700 libras para la construcción del Museo Nacional.
Se estima que el costo del Museo y Centro de Recordación ascienda aproximadamente $530 millones y su primera parte sea completada para el año 2011 según el medio Empire State News.

El Centro estará conformado por una plaza con jardines sobre el espacio en dónde antes estaban las torres gemelas y alrededor se colocarán los nombres de las víctimas.
La torre y la estación de metro subterránea sufren de retrasos debido a complejidades con el presupuesto y autoridades involucradas.

El Presidente Geroge W. Bush ha proclamado que los días del viernes 5 al domingo 7 de septiembre sean días nacionales de oración y recuerdo.

“Nuestra nación honra a los ciudadanos valientes, miembros de servicio, oficiales de policía, y bomberos quieres respondieron heróicamente a la cara del terror”, dijo Bush y añadió que “reflexionamos en los eventos terribles del 11 de septiembre y levantamos a las víctimas y sus familiares en nuestras oraciones”

Las medidas de seguridad se han reforzado en todos lados de la ciudad de Nueva York y a pesar de que no se ha revivido una situación como la de hace siete años, muchas personas nunca olvidarán el trágico 11 de septiembre.


La obra multimillonaria incluye como pieza central un rascacielos de 541 metros nombrada la “Torre de la Libertad” diseñada por el arquitecto David Chields, y estará rodeada por otras cuatro torres.

lunes, septiembre 01, 2008